(Diario TiempoSur) La independencia económica y el no depender de “un jefe” son objetivos que muchas veces nos planteamos en la vida, sobre todo durante la adolescencia, cuando aflora lo contestatario y hay que comenzar a tomar aquellas decisiones que tal vez definan todo nuestro destino.
Así le ha pasado a Lucas Doolan, empresario de Río Gallegos que, una vez finalizados sus estudios secundarios, lo único que sabía era que quería tocar la batería. “Enserio”, reafirma al iniciar la entrevista que brindó a NOS.
Su tendencia hacia la música obtuvo resistencia por parte de la familia en los primeros años, hoy, con 35 pirulos, recuerda que “la discusión en casa siempre era esa”, y celebra que el tiempo le ha dado la razón.
El primer click
Con 18 años recién cumplidos y habiendo terminado el secundario, viaja por primera vez a Buenos Aires, en ese entonces como bajista de su primera banda llamada Personal. “Nunca había ido y conocí muchas cosas que acá no sabía que existían. Igual era muy pibe y no tenía la visión necesaria”, analiza, aunque dos años más tarde, ya como baterista de Sunny Days, regresó a la gran ciudad con otra perspectiva y logró lo que sería su primera conexión con el negocio musical.
“Empecé a trabajar distribuyendo discos para unos sellos independientes que editaban bandas que la verdad no concia nadie”, cuenta al mismo tiempo que detallaba: “En 2002 ya había pasado la crisis y la industria musical había quedado obsoleta, muerta, desapareció todo, y estos pibes vieron la movida por ahí. Me fue bastante bien con eso”.
Una nueva veta
La generación de lazos ha sido una de las herramientas mejores explotadas por Lucas y ese primer contacto generado a raíz de su incursión en la música de la capital del país, fue un nuevo paso hacia lo que sería su segundo gran proyecto de vida: La producción de eventos de rock y música que a lo largo de los años ha logrado extender por la región.
Comenzó en 2004, en aquel entonces con bandas como El Otro Yo, Expulsados, Shaila, Otra Salida, entre otros, al mismo tiempo que colaboraba en producciones organizadas por productoras del orden nacional. En 2006 tuvo un corto tiempo en relación de dependencia pero siempre con actividad relacionada a la actividad musical y en lo que fuera el paso previo a otro gran proyecto personal: una rockeria, aunque siempre ligado a la organización de escenarios y acercando a la ciudad por ejemplo a Sin Ley, Dos Minutos, Denny, Bulldog, Pez, entre muchísimas mas. “Ya empezábamos a ver las cosas de otra forma”, resaltó.
Su primer comercio
Con cierto reconocimiento en el mundillo del rock riogallegense, surge la posibilidad de comprar el fondo de comercio de Rockeria Compacta, un comercio muy viejo en la ciudad, que le daría la posibilidad de iniciarse en el rubro de manera independiente, siendo hasta la actualidad uno de sus caballitos de batalla. Durante la entrevista recuerda que también se dedicó al rubro gastronómico. “Abrimos un bar que se llamaba Voodoo que fue, después de mucho tiempo, un lugar netamente de rock”, comentó al referirse a, tal vez, una de sus pocas negaciones desde lo comercial. “Costo mucho manejarlo, trabajar todo el día en un local y trabajar de noche después nos costó mucho. Cuando vendo el fondo de comercio me encontré en una situación difícil desde lo económico”.
“Con poquita plata empezamos lo que hoy es Calavera. Comenzamos a hacer camperas universitarias con un resultado muy positivo, fue inmediato, ahí surge definitivamente la marca ¨Calavera No Chilla¨, no lo pude registrar porque el registro ya existía asique lo registramos como ¨CNC¨”.
CNC: Tendencia en la ciudad
En poco tiempo CNC ha logrado llegar a miles de jóvenes de la ciudad. En este sentido Lucas confiesa que “muchos de mis amigos que tienen hijos que van a primaria o secundaria me dicen: ¨Hijo de P… Vestís a todos los pibes que van al colegio¨, y muchas veces no tomo dimensión de eso”, y remarcó: “Por ahí me cuesta ponerme el rol de empresario, la verdad que sé que lo soy pero me cuesta asumir eso. Hay un trabajo muy grande para llegar a esos objetivos, porque trabajamos con objetivos no somos improvisados a la hora de hacerlo. Cuando empezamos a ver que tuvimos un público que lo consumía muchísimo potenciamos la marca, la imaginen. Contratamos fotógrafos, modelos, hicimos inversión en calcomanías, llaveros, publicidad, todo para que los chicos sientan que fuera del producto que estaban comprando había un valor agregado”.
En cuanto a esto resume: “Buena atención, el producto de calidad, y llevarse algo que los identifique con la marca”. En la actualidad las prendas de CNC son utilizadas por muchos músicos del under nacional, algo que según el propio entrevistado confiesa “resulta increíble”, y además “ha abierto la puerta a un mercado fuera de Rio Gallegos”. La marca hoy está en Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn, y ha llegado a casi toda Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Al repasar este recorrido, Doolan expresó: “Sirve también, si se quiere, como mensaje para los chicos que se quieren iniciar en algo, para que sepan que es cuestión de creer y sobre todo tener paciencia y perseverancia. Los resultados nunca son inmediatos. Yo soy una afortunado y agradecido de hacer lo que me gusta”.
Top 4 de eventos organizados
. Lo más importante fue haber organizado recitales con las bandas a las cuales pertenecí, porque fue lo que me llevó a tener la capacidad de poder organizar un recital y eso me hizo avanzar en la organización de eventos más grandes.
. Por dimensión de trabajo fue muy importante haber hecho el Patagonia Metal Fest, donde tocaron Almafuerte, Orcas y Kamikaze. Fue un despliegue muy grande, eso marco un precedente en la ciudad.
. Marky Ramones y CJ Ramones son figuras mundiales muy difíciles de acceder, y si bien los resultados económicos no fueron positivos, fue una experiencia muy grande para mí.
. Dentro de los más importantes esta uno que todavía no paso y es Abel Pintos el próximo 6 de abril. El trabajo que me demanda es gigante, pero el desafío me motiva hacer las cosas bien.